Preocupaciones intangibles

Quisiera que pudiéramos cuestionarnos cuál es el origen de nuestras preocupaciones, nuestros malos momentos con nuestra cabeza. Quisiera que pudiéramos saber cuál es la raíz de las preocupaciones intangibles que muchas veces llegan a dañarnos unos cuantos minutos, incluso horas, de nuestra vida. 

Tampoco es tan difícil llegar a entenderlo, tampoco es tan complicado encontrar una solución, porque como muchas veces ya se ha dicho, si la mayoría de los problemas que tenemos en nuestro día a día provienen de nuestra cabeza, entonces el remedio para esto, su panacea, es cambiar nuestra mentalidad. Sí, tan simple como eso.

                   Imagen tomada de inteligencia 
                                     artificial 

Para poder empezar a deliberar una opción de pensamiento más controlable ante pensamientos intrusivos que incluso llegan a adjetivarse como salvajes podemos tomar una visión de la mente, y en general de los conceptos e ideas abigarradas que surgen de ella de manera espontánea, con un acercamiento de lo que en inglés se conoce como mindfulness, que en español se puede traducir a algo como "mente plena" o "consciencia plena". 

Sí, puede que este discurso del mindfulness no sea ninguna novedad para los que puedan llegar a leer esto, y que ya en algún otro momento, en algún otro rincón del Internet, u otra parte, porque no necesariamente el Internet, lo hayan visto, pero porque tiene mucha certeza ese acercamiento hacia nuestros pensamientos. El mindfulness no es ningún cuento chino que se vende como humo, y que solamente pretende estafar y engañar a la gente con lo que promete. En primer lugar, ni siquiera es ningún cuento, y ni siquiera se compra. Es algo opcional y solamente conociste de pequeños pasos que no son tan difíciles de entender, que se pueden resumir o compendiar de esta manera: 

1. Encontrar un lugar tranquilo para poder respirar y observar tus pensamientos sin juzgarlos.
2. Dejarte llevar por el momento, y no detenerte a analizar o darle forma a algún pensamiento que de tu mente surja.
3. Parar cuando creas que es necesario.

En lo personal, yo recomendaría que se tomen de 20 a 30 minutos de esta práctica, y si es posible, o si se quiere tomar algo un poco más extremo, incluso una hora es buena opción. Tampoco es muy factible que se haga durante más de 1 hora porque de seguro hay personas que tienen muchas más cosas que hacer, así que tomar solo un trozo de tu tiempo para hacer esto bastaría. El punto es que llegue a volverse una especie de rutina, porque mediante la práctica constante es que se llega a la disciplina, y los efectos o frutos a largo plazo se van viendo.

Esta es la panacea de la que hablaba. Así se curan los problemas y enredos con una mente alborotada e hiperactiva que va de aquí para allá como un vaivén de ideas amorfas que solamente buscan opacar la claridad mental que podemos tener al despertar, y a partir de ahí, al resto del día hasta antes de dormir.

Te darás cuenta que la mayoría de los pensamientos intrusivos que tenemos no son más que contingencias sin sentido, que no tienen nada de productivo, ni ninguna conclusión interesante o extraordinaria surgirá de ahí.

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