El fin y el cambio

Los cambios suceden, sí. Es normal que las cosas cambien, que la vida cambie. Es normal que algunas situaciones de tu vida que parecía que iban a durar mucho tiempo en algún punto terminen acabando, porque es natural de la vida que nada sea eterno. Rara es la cosa que para la vida, y para el tiempo de vida de una persona, sea sempiterno.

Así, puedes ir acostumbrándote a ti mismo a la no eternidad de las cosas. Puedes, preferiblemente, ir entendiendo, mediante actos cotidianos, que las cosas que tienes hoy, incluso las cosas que eres hoy, no serán así para siempre. Cambiarán o para bien o para mal, pero en algún punto van a cambiar.

No tiene que ser complicado ponerte a pensar en que las cosas no siempre van a durar mucho tiempo. Algunas cosas sí duran durante mucho tiempo en las vidas, y es normal encontrarse con algo así. No obstante, no todo es así. Algunas cosas, aunque parezca que van a durar mucho por cómo se presentaron en primer lugar, o por cómo se desarrollaron, no duran mucho tiempo. Se acaban al poco tiempo.

Naturalmente, como todo lo demás, también la vida se acaba, así que por eso le quiero dar una resignificación a la frase de "no vivas como si fueras a vivir cien años". Esto, porque algunas personas la perciben y la entienden, pero no la aplican. Todavía se sienten inmortales en su cotidianidad, en su día a día.

Respira. Siéntete y libérate. Reconoce todas las cosas que están a tu alrededor, encima tuyo y/o dentro tuyo, también. Todo eso, créeme (y, aunque te duela), se va a acabar. Se extinguirá. Sea cual sea el momento en el que estés leyendo, si sigues siendo un mortal y lo haces dentro de las limitaciones de un mortal, pasará. Repite este párrafo, ¿o debería decir 'bis'?

Poco a poco irás soltando las cosas que crees merecer tener por toda tu vida, especialmente si esas cosas son cosas materiales. Hasta la muerte llega, así que incluso tu alma y espíritu expiran, y se despiden de tu cuerpo. Dejan de pertenecerte, o tu cuerpo pertenecerte. Eso no significa que debas dejar de hacer cosas que aporten a tu cuerpo, que te hagan sentir rico materialmente (aunque eso sí, con bastante moderación), o tener experiencias carnales mientras sigas con vida y tengas salud. Solo es un recordatorio para que sepas que, en realidad, no vivirás un siglo, no vivirás cien años. Como diría la célèbre frase latina, "memento mori".

¿Cómo puedes sentirte después de eso? Si no te sientes bien, recuerda respirar. Recuerda aceptar cambiar de mentalidad. No pelees con tu realidad, porque ella ni te ve, ni te escuchará. Adáptate a ella, a eso se le llama resiliencia.

Si algo mejor puede llegarte, te llegará, pero incluso eso también acabará. Solo no te aferres tanto, no tanto, a las cosas materiales que tienes. Aprécialas, sí. No te puedo negar esa facultad humana que todos tienen ya por ser mortales, incluyéndome. No soy ningún santo, sigo siendo pecador. Solo sigo que no te aferres tanto. No las tomes como que te durarán de aquí a medio siglo. Acabarán al cabo de unos pocos meses, o unos pocos años. Quizás unos cuantos decenios. El punto es que acabará. Enfin tout finira. 

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